Cómo fabriqué mi propio panel de control para juegos de máquinas recreativas en 2004.

Historia de una afición
A principio de los años ’80 me encontré, por primera vez, con una recreativa, tenía el videojuego SPACE INVADERS. Y enseguida me crucé con más máquinas arcade: GALAXIAN y PACMAN. Todas me impresionaron: los sonidos, las animaciones, el arte de sus gráficos hechos a base de píxeles.
Llegó a mi casa la CONIC 406: una primitiva consola de videojuegos que incluía su propia versión de PONG y hasta una pistola para jugar al tiro al blanco, pero no era igual que en los recreativos.

Algunos años más tarde apareció el ZX Spectrum con sus teclas de goma y su memoria RAM de 48 kilobytes y yo soñaba con tener un mando arcade TELEMACH, porque era igual que los de las recreativas.

Pero las limitaciones técnicas tanto de los micro-ordenadores personales como de las consolas de videojuegos de aquellos años ’80, hacían que aquellas conversiones, programadas con tanto cariño, nunca alcanzaran la gloria y majestuosidad de las máquinas arcade originales. Sí, todos los sistemas tenían sus conversiones de los grandes éxitos de los salones recreativos pero… ¡se quedaban en meras imitaciones!

Y en los años ‘90 llegó el MAME al PC trayendo algo que ya no eran conversiones: había llegado la EMULACIÓN. Y se instaló entre nosotros, para siempre. Hizo posible la emulación de muchos de aquellos juegos legendarios. Ya se podía jugar a las auténticas máquinas recreativas en un ordenador personal. Sin embargo, la experiencia no era exactamente igual que en un salón recreativo, jugar con el teclado o un joystick de PC ni se parecía a hacerlo con una auténtica palanca de juegos de un arcade.

El tiempo pasó y no fue hasta primeros de los años 2000, en verano de 2004, cuando me encontré con una recreativa en uno de los bares de una playa de Valencia. Era una NEO-GEO con el Puzzle Bobble que, al principio, no me causó mayor impresión, pero cuando llegué a casa me hizo instalar de nuevo el MAME que desde 1996 no había vuelto a utilizar y me sorprendió porque había mejorado bastante durante todo este tiempo.
Un día, mientras estaba buscando ROMs en internet, me encontré con una grata sorpresa: anuncios de tiendas que vendían componentes para las máquinas recreativas: ULTIMARC, era una de ellas. En su página web se vendían todo tipo de mandos, botones y accesorios electrónicos para poderse fabricar una máquina recreativa casera. Y además, se encontraban referencias a foros como el de BYOAC (Build Your Own Arcade Controls) en inglés y al final, buscando, buscando, terminé encontrando un tesoro: la página web y el foro de Marcianitos.
Empecé con Build Your Own Arcade Controls (BYOAC) y me contagié de la fiebre marciana. Aunque nunca participé activamente en ninguno de los foros, he de confesar que me los leí todos y terminé siendo un lector habitual, especialmente, de la que fue web de referencia en español: Marcianitos.
Allí, leyendo, leyendo, conocí a extraños personajes que, de repente, se convirtieron en mis nuevos ídolos más admirados: Fuents, Lord Hiryu, Paul Sernine, Roselson, Metroider, Armenta, Sydaroa, Paturlas, Snopes… ¡y muchos otros que formaban la gran familia comunidad!
Sí, ya era posible construir una máquina de marcianitos en toda regla, un sueño que podía hacerse realidad.
El Mando Arcade de 2004
Como primer paso, teniendo en cuenta que contaba con bajo presupuesto y poco espacio, decidí fabricarme un panel de control de máquina recreativa. De momento, no quise ser demasiado ambicioso para ponerme un reto alcanzable y no abandonarlo a medio camino.
KrakenByte Kraken
…se me ocurrió que podría aprovechar la forma ergonómica de una puerta de cocina como superficie de apoyo…
Pedí los materiales electrónicos a ULTIMARC y me llegaron a casa: Botones, joysticks, todos con sus respectivos micro-interruptores, unos pocos cables con conectores rápidos, una pequeña herramienta pela-cables y crimpadora para dichos conectores, y lo más importante: El codificador de teclado I-PAC 2 para poder enviar las señales de los mandos al ordenador.

Para hacer el mini mueble, me hice un croquis en un papel y se me ocurrió que podría aprovechar la forma ergonómica de una puerta de cocina como superficie de apoyo para el panel de dos jugadores al que aspiraba.






Y con “cuatro tornillos y cuatro escuadras” enganchados a la puerta por debajo, más unas maderitas cortadas con cierto ángulo, el panel estaba listo. Además le puse unas “perlas” de goma para que no arañase la mesa donde se apoyara al jugar delante del monitor del PC donde tenía instalado el MAME.




¡A disfrutar del mando!
La experiencia fue un éxito y disfruté durante años de infinitas horas de vicio diversión dándole a las palancas y aporreando botones. Aunque tuvo una consecuencia imprevista, en mi mente quedó todo claro: cuando tuviera más espacio, daría el salto del mando a una máquina completa. ¿Y tú, tienes un mando arcade?

Deja una respuesta